martes, 31 de diciembre de 2013

Mi desasosiego y el libro de Fernando Pessoa

Quiero terminar este año hablando de un libro que me enamoro, El libro del desasosiego de Fernando pessoa.

Este libro lo descubrí a través del programa El mañanero, sip el del payaso de las noticias. Todos los viernes tienen una sección llamada ¿Qué estás leyendo? con Javier Aranda, el cual tienen un no sé que sexy, me gusta su tono de voz cuando habla de los libros, puedes sentir la pasión de leer, logra que te interesen libros que tu nunca escogerías por tu propia mano.

Y ese fue mi caso, jamás hubiera escogido este libro de no ser porque escuche sus comentarios. No soy amante de la filosofía, poesía ni nada de eso, pero había un pequeño susurro en las citas que menciono, un pequeño llamado que me dijo ¡inténtalo!

No es un libro fácil, debo decir que llevo más de 5 meses con él y no llevo la mitad, he leído muchos libros en estos meses y el desasosiego es un libro que puedo decir que leo cada semana y no avanzo. 

Pero claro eso es solo desde fuera, por dentro, el libro del desasosiego me ha atrapado como ningún otro, estoy tardando mucho, claro, pero porque es un libro que en cada página me deja sin aliento; me hace pensar y recordar cosas que muchas veces creí olvidadas.

Los que me conocen saben que amo leer, y mis amigos más cercanos saben que me gusta escribir y mi súper amigocho sabe lo que he escrito. Pero de ahí en fuera todo me lo guardo, escribir se me hace algo tan personal que no publico y con el tiempo se volvió cada vez mas secreto. Y no es que sea la gran cosa, pero es una cosa mía, buena, mala, mediocre, con alma, sin chiste, pero mía al fin y al cabo.

Y el libro del desasosiego refleja esa parte de mí que no muestro mucho; digo, todos saben que soy un emo de closet, pero ese emo, en realidad se ahoga en un desasosiego eterno y es por ello que el libro me atrapa.

Dejo unos fragmentos que expresan mejor que mis propias palabras la fascinación que tengo con este libro:

Me ahogo donde estoy y porque estoy, ¿dónde respiraría mejor, si la enfermedad es de mis pulmones y no de los aires [116] que me rodean?

A quien como yo, así, viviendo no sabe tener vida, ¿qué le queda sino, como a mis pocos pares, la renuncia por modo y la contemplación por destino?

Le he pedido tan poco a la vida, y ese mismo poco la vida me lo ha negado. Un haz de parte del sol, un campo [...], un poco de sosiego con un poco de pan, no pesarme mucho el conocer que existo

Vivir es ser otro. Ni sentir es posible si hoy se siente como ayer se sintió: sentir hoy lo mismo que ayer no es sentir: es recordar hoy lo que se sintió ayer, ser hoy el cadáver vivo de lo que ayer fue la vida perdida.

La gramática, al definir el uso, hace divisiones legítimas y falsas. Divide, por ejemplo, los verbos en transitivos e intransitivos; sin embargo, el nombre de saber decir tiene muchas veces que convertir un verbo transitivo en intransitivo para fotografiar lo que siente, y no para, como el común de los animales hombres, el ver a oscuras. Si quiero decir que existo, diré «Soy». Si quiero decir que existo como alma separada, diré «Soy yo». Pero si quiero decir que existo como entidad que a sí misma se dirige y forma, que ejerce junto a sí misma la función divina de crearse, ¿cómo he de emplear el verbo «ser» sino convirtiéndolo súbitamente en transitivo? Y entonces, triunfalmente, antigramaticalmente supremo, diré «Me soy». Habré dicho una filosofía en dos palabras pequeñas. ¿Cuán preferible no es esto a no decir nada en cuarenta frases?

Para más citas llegadoras visiten mi Tumbr, que es mi blog adolescente donde está lleno de citas, gatos  y mi amor por Benedict Cumberbatch… si es que en el fondo soy una adolecente emo u_u