lunes, 30 de junio de 2014

La secta de Herbalife

No sé qué es peor, si los testigos de Jehová o los testigos de Herbalife.

Nadie puede decir que no es castroso estar en la comodidad de tu hogar y de repente alguien por la mañana comience a gritarte los buenos días desde la calle, para que cuando asomes la cabeza veas a unos tipos vestidos como si fueran a un funeral, con una sombrilla en la mano y la biblia en otro. Sin embargo ellos son como San Pedro, 3 negaciones y entienden que la están cagando y se van.

Pero los que no conocen la decencia, las indirectas y las negativas son los miembros de la peor secta del universo, los testigos de Herbalife. Este singular grupo está formado por vendedores castrosos que han tatuado en una nalga el logotipo de la marca y que cual sectarios de fe ciega van por el mundo contando los milagros de su dios y tratando de metértelo a la de a huevo.

Un ejemplo es cuando yo iba a correr a las canchas que están por mi casa, ahí estaba mi gorda humanidad trotando alrededor de una cancha de futbol con mis audífonos puestos como siempre, cuando una señora se me acerca y comienza a trotar a mi lado; y mientras la tipa me iba sacando platica yo solo pensaba “diablos como le digo que a  mí la tortilla solo en taco”, pero nel después de dos vueltas comenzó a hablarme de Herbalife y me dije… “diablos es peor de lo que pensé”.

La pobre ya estaba escupiendo el alma en la vuelta 4 pero seguía jodiendo con encajarme su producto maravilloso. Le dije que no desde la forma sutil, hasta la directa y no dejaba de molestarme; para la vuelta 6 se rindió, me dio su tarjeta y se fue a chingar a su madre.

Ahora tengo el problema que en el gym al que voy, uno de los instructores vende esa madre y desde la primera semana que asistí está chingue y jode para que compre un té. Yo siempre les digo que llevo un tratamiento para mi diabetes y que no se si deba tomarlo y que le preguntare a mi doc; pero aun así siempre está jodiendo con eso, ahora entro en un plan sermoneador y ahí señores fue cuando colmo mi paciencia.

Un día llega el instructor y me dijo “¿Sigues sin convencerte del te? ¿Así como piensas mejorar y perder peso?, yo solo pensé “pues haciendo ejercicio que para eso les pago la mensualidad ¿no?”.  Si hay algo que mi chula persona no soporta, es que la obliguen a hacer algo, sea bueno o no, no puedes obligarme porque menos lo hago, además voy a ejercitarme no a que un wey me esté diciendo todo los días que soy gorda y que no perderé jamás la barrigota que tengo, eso ya lo sé no necesito ayuda para recordarlo.

Y tal vez su pinche te si me haga delgada, tal vez no, pero por estarme persiguiendo todo un mes no lo pienso comprar. Así que a lo mejor existe la posibilidad de que yo sea delgada y este súper sabrosa pero por estar chingandome todo los días ahora nunca lo sabremos XD

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